El verano es una buena ocasión para hacer amistades. Este año he hecho un amigo bestial. Apareció un buen día por casa y después vino a vernos a menudo.
Salvada la sorpresa inicial cautivó a todos los de la casa y a los amigos que coincidieron con él frente a una botella de sidra.
En realidad es despegado y egoista, parece que solo se preocupa de andar con muchos aires, atento a sus cosas. Pero, ¿que quieres? tiene el encanto de lo auténtico y de lo salvaje.
¿Cuál es el secreto de su innegable atractivo? Yo creo que la orgullosa superioridad con la que contempla las conductas humanas.
Como suele ocurrir ella, no él, tiene su mundo, su pasado y sus compromisos. De hecho fue su dueño el que me dijo que era chica.
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